Fue en el siglo XVI, durante el Renacimiento, que surgieron los primeros gabinetes de curiosidades en Europa. En ese momento, designaron los lugares donde se almacenan y recolectan objetos raros, exóticos o incluso extraños. Su objetivo: mejor comprensión y descubrimiento del mundo a través de piezas que no tienen o no usan. Estos objetos se clasifican en dos categorías: Las obras de la naturaleza : mineral (fósiles, piedras preciosas, etc.), animal (conchas, cuernos, insectos y animales de peluche) y verdura (flores y plantas singulares) y Creaciones del hombre: Pinturas, esculturas, antigüedades, instrumentos científicos ... escenificados y clasificados en un mueble llamado gabinete, estas colecciones de curiosidades se consideran antepasados ​​de museos de historia natural.